
Irak confirmó un brote de gripe aviar H5N1 altamente patógena en Bashiqa (norte del país), con 12.000 aves muertas según la notificación remitida a la Organización Mundial de Sanidad Animal; el evento, concentrado en parvadas de corral, activó medidas de sacrificio sanitario, limpieza y restricciones de movimiento en granjas y mercados avícolas, mientras equipos veterinarios rastrean contactos y monitorean aves silvestres en zonas húmedas del área.
La alerta se produce en un contexto regional tenso: Irán reportó un foco de H5N1 la semana pasada, lo que sugiere riesgo de diseminación transfronteriza por comercio formal e informal y rutas de aves migratorias. Como contención inmediata, el Ministerio de Agricultura iraquí anunció limitaciones a las importaciones de aves y productos avícolas procedentes de países con reportes recientes, a la vez que recomendó reforzar la bioseguridad en granjas (control de acceso, desinfección de vehículos, agua segura y manejo de mortalidades); las autoridades recuerdan que el H5N1 impacta primero al sector productivo—mortalidad directa, sacrificios preventivos, cierres temporales y presión sobre precios—y solo de manera excepcional a humanos con exposición directa a aves infectadas.
Hasta ahora, el brote de Bashiqa no tiene casos humanos asociados. Para la población general, el riesgo se considera bajo siempre que no exista contacto con aves enfermas o muertas; sin embargo, la vigilancia sanitaria pide notificar mortalidades inusuales en corrales o fauna silvestre y evitar manipular animales sin protección. A nivel global, la experiencia con H5N1 muestra que las infecciones humanas han sido esporádicas y asociadas a exposición intensa, pero con potencial de enfermedad grave, de ahí la importancia de cortar cadenas de transmisión en granjas y mercados y de mantener la coordinación veterinaria–salud pública para detectar a tiempo cualquier salto a humanos.











