En una medida que ha sacudido tanto a la industria farmacéutica como al sistema de salud pública, el presidente Donald Trump firmó este lunes un decreto que ordena una reducción de entre el 30% y el 80% en los precios de los medicamentos cubiertos por los programas Medicare y Medicaid. La iniciativa busca aliviar la carga financiera de millones de estadounidenses que enfrentan altos costos en sus tratamientos médicos.
El decreto establece un plazo de 30 días para que las farmacéuticas acepten las nuevas tarifas. En caso de no llegar a un acuerdo, se implementará la política de "nación más favorecida", que obliga a igualar los precios a los más bajos pagados por otros países desarrollados. Trump argumentó que esta medida es necesaria para corregir lo que considera una injusticia en la que Estados Unidos paga más que otras naciones por los mismos medicamentos.
"Durante demasiado tiempo, los estadounidenses han subsidiado los costos de medicamentos para el resto del mundo. Eso se acabó", declaró Trump en una conferencia de prensa en la Casa Blanca. "Estamos poniendo a nuestros ciudadanos primero y asegurando que paguen precios justos por los medicamentos que necesitan". La reacción de la industria farmacéutica no se hizo esperar. Varias asociaciones sectoriales expresaron su preocupación por el impacto que esta medida podría tener en la inversión en investigación y desarrollo.
Las acciones de algunas compañías farmacéuticas experimentaron caídas significativas en la bolsa tras el anuncio. Por otro lado, grupos de defensa de los pacientes y organizaciones de salud pública han aplaudido la iniciativa, considerándola un paso importante hacia la accesibilidad y equidad en el sistema de salud. "Esta medida podría significar la diferencia entre la vida y la muerte para muchos pacientes que actualmente no pueden costear sus medicamentos", señaló Maria López, directora de la organización Salud para Todos.
El decreto también incluye disposiciones para investigar a países que, según la administración Trump, han presionado a las farmacéuticas para vender medicamentos a precios más bajos, afectando así los costos en Estados Unidos. Se espera que estas investigaciones conduzcan a negociaciones para equilibrar los precios a nivel internacional. Esta acción se enmarca en una serie de políticas que la administración Trump ha implementado desde su regreso a la presidencia, enfocadas en reformar el sistema de salud y reducir los costos para los ciudadanos.
Sin embargo, la implementación completa de esta medida requerirá la colaboración del Congreso, donde se anticipan debates intensos en las próximas semanas. Con esta decisión, Trump busca consolidar su posición como defensor de los intereses económicos de los estadounidenses, especialmente en un año electoral donde el acceso a la atención médica es uno de los temas más sensibles para el electorado.