Europa se encuentra en una etapa de redefinición de su seguridad frente a la creciente amenaza de incursiones rusas en su espacio aéreo. Durante semanas, varios Estados miembros de la Unión Europea han reportado violaciones constantes por parte de drones no tripulados, lo que ha acelerado la necesidad de reforzar el flanco oriental de la UE.
Como respuesta, la Comisión Europea ha elaborado un documento conceptual que plantea la creación de un sistema integral de defensa con drones, acompañado por nuevas capacidades ofensivas disuasorias capaces de neutralizar objetivos terrestres mediante ataques de precisión. Este llamado “muro de drones” no solo busca detectar, rastrear y derribar aeronaves hostiles, sino también establecer una estructura de seguridad escalonada y multifuncional.
El proyecto prevé aprovechar la experiencia adquirida por Ucrania en el campo de la guerra con drones, convirtiéndola en un socio clave en el desarrollo tecnológico. Además, la Comisión pretende involucrar a startups, universidades y compañías emergentes junto a la industria armamentística tradicional, con el objetivo de fomentar innovación y rapidez en la implementación. Los planes incluyen también un diseño flexible que permita utilizar este sistema en situaciones no militares, como desastres naturales, control de flujos migratorios irregulares o la lucha contra el crimen organizado transfronterizo.
Para lograrlo, diferentes centros operativos distribuidos en toda Europa podrían trabajar de manera integrada, compartiendo información y reaccionando en tiempo real. El documento enviado a los gobiernos de los Estados miembros será la base de discusión en la próxima cumbre informal de la UE. En él también se incluyen propuestas adicionales de rearme, como medidas específicas para garantizar la seguridad del transporte marítimo en el Mar Báltico y el Mar Negro, así como refuerzos en la defensa terrestre.
La urgencia de estas medidas quedó de manifiesto tras la intrusión masiva de drones rusos en el espacio aéreo polaco hace apenas tres semanas, un incidente que subrayó la vulnerabilidad del bloque. A ello se suman episodios recientes en Dinamarca y Noruega, donde drones no identificados paralizaron aeropuertos durante horas. El ministro de Justicia danés, Peter Hummelgaard, calificó la situación como una “guerra híbrida” en curso, comparable al impacto que tuvieron los atentados del 11 de septiembre en la concepción de la amenaza terrorista.
Aunque aún no se ha confirmado la autoría de estos incidentes, y Rusia ha rechazado cualquier señalamiento como “infundado”, las sospechas persisten en un contexto de tensiones crecientes. El desarrollo de un sistema de defensa con drones más robusto se perfila, así, como una de las respuestas más estratégicas de la Unión Europea frente a un panorama de seguridad marcado por riesgos híbridos y una nueva realidad geopolítica.