Un tribunal en China dictó este lunes duras sentencias contra una red delictiva transnacional vinculada a actividades ilegales en Myanmar. En total, 16 personas fueron condenadas a la pena de muerte por su participación en un grupo criminal dedicado al fraude cibernético, el tráfico de drogas, la prostitución y el juego ilegal en la región fronteriza de Kokang.
De ellas, cinco recibirán una suspensión de dos años en la ejecución de la condena, lo que abre la posibilidad de que sus penas sean conmutadas en el futuro. Además, otros 23 acusados fueron sentenciados a penas de prisión que van desde cinco años hasta cadena perpetua. De acuerdo con el tribunal de Wenzhou, en la provincia de Zhejiang, la investigación probó que la organización, liderada por miembros de una misma familia, había estado operando desde 2015 en la convulsa región de Kokang, una zona de Myanmar fronteriza con China marcada por la guerra civil y la falta de estructuras estatales sólidas.
Aprovechando este vacío de autoridad, la banda estableció centros de ciberdelincuencia desde donde cometía fraudes en línea a gran escala, forzando incluso a ciudadanos extranjeros —muchos de ellos de origen chino— a participar bajo amenazas y coerción. El fallo judicial no solo se centra en los delitos económicos y de narcotráfico, sino también en los crímenes de violencia asociados a las operaciones del grupo.
Según las conclusiones del tribunal, la banda es directamente responsable de la muerte de 14 personas, diez de las cuales murieron al intentar escapar de los centros de fraude o resistirse a las órdenes de los cabecillas. Estos hechos fueron considerados agravantes por la corte, lo que llevó a la imposición de las penas más severas. La condena se enmarca en la creciente ofensiva de China contra las redes criminales que operan en la frontera con Myanmar, un territorio donde el caos político y militar ha permitido el florecimiento de actividades ilícitas.
Las autoridades chinas han reiterado en diversas ocasiones que no tolerarán el uso de regiones limítrofes para la expansión del crimen organizado y que intensificarán la cooperación con los países vecinos para erradicar estas prácticas. Con este veredicto, el poder judicial de China envía un mensaje contundente: quienes lideren o participen en actividades de ciberdelincuencia, explotación y violencia en la región fronteriza enfrentarán las sanciones más duras previstas por la ley.