El arranque de la nueva temporada de la NFL quedó marcado por un incidente insólito que ya ha sido bautizado como el “Spit Gate”. Apenas seis segundos después del silbatazo inicial del esperado duelo entre los Philadelphia Eagles y los Dallas Cowboys, el liniero defensivo Jalen Carter fue expulsado tras escupir directamente sobre el mariscal de campo Dak Prescott.
El gesto, considerado como una flagrante falta de respeto y conducta antideportiva, desató de inmediato la indignación de jugadores, árbitros y aficionados presentes en el estadio. Los jueces no dudaron en sancionar con una penalización de 15 yardas y decretar la expulsión automática de Carter, una situación que dejó al conjunto de Filadelfia en desventaja numérica desde el arranque.
La acción ocurrió justo después de la ceremonia previa de apertura de temporada, cuando Prescott se preparaba para el primer snap del encuentro. En medio de la confusión, los Cowboys aprovecharon la situación y lograron abrir el marcador con una carrera de Javonte Williams, capitalizando la sanción y el desconcierto de la defensa rival.
Tras el partido, Carter ofreció disculpas públicas, calificando su acción como un error que no volverá a repetirse y reconociendo que había fallado a su equipo y a los fanáticos. No obstante, el gesto fue duramente criticado en redes sociales y por analistas deportivos, entre ellos Stephen A. Smith, quien lo catalogó como “inexcusable” y pidió sanciones más severas por parte de la liga.
Horas después surgieron imágenes que sugieren que Prescott podría haber escupido primero de manera incidental durante su rutina de calentamiento, aunque el propio mariscal negó cualquier intención de provocar a Carter. Prescott aclaró que se trató de un gesto involuntario y lamentó la expulsión de su rival, al que calificó como un gran jugador.
A pesar de la polémica y de la larga pausa por lluvia y relámpagos que retrasó el encuentro por más de una hora, los Eagles consiguieron recomponerse y terminaron venciendo 24-20 en un partido que, sin duda, quedará en la memoria por el bochorno de un inicio manchado por un escándalo.