El gabinete de seguridad israelí aprobó los planes del primer ministro Benjamin Netanyahu para poner la Franja de Gaza bajo control total el viernes por la noche. Sin embargo, por el momento no está prevista una captura completa del territorio palestino. La ciudad de Gaza es el objetivo principal. Según la oficina del primer ministro, el gabinete de seguridad decidió cinco principios para poner fin a la guerra en la Franja de Gaza.
El Gabinete de Seguridad de Israel aprobó, tras más de diez horas de deliberaciones, un ambicioso y controvertido plan militar que autoriza la ocupación de la Ciudad de Gaza como primer paso hacia un control más amplio de la Franja.
La medida, presentada por el primer ministro Benjamin Netanyahu y respaldada por los ministros de Defensa y altos mandos militares, establece cinco premisas fundamentales: el desarme completo de Hamás, la desmilitarización total de Gaza, el control de la seguridad por parte de Israel, la liberación de todos los rehenes en manos de las facciones palestinas y la creación de una administración civil alternativa que no esté vinculada ni a Hamás ni a la Autoridad Palestina.
Netanyahu insistió en que el objetivo no es gobernar Gaza de manera indefinida, sino transferir eventualmente el control a fuerzas árabes u otras entidades no hostiles, aunque no se especificó qué actores internacionales participarían en esa transición. El plan contempla un despliegue militar intensivo, operaciones de control territorial y la instalación de bases temporales de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en puntos estratégicos de la ciudad.
Diversas fuentes militares han advertido que la ejecución de este plan podría implicar el desplazamiento forzoso de hasta un millón de civiles palestinos, lo que generaría una crisis humanitaria de gran magnitud en un territorio ya afectado por bloqueos, escasez de recursos y altos niveles de destrucción. La aprobación de la medida ha generado fuertes críticas internas y externas.
En Israel, el jefe del Estado Mayor, Eyal Zamir, expresó reservas sobre la viabilidad a largo plazo de la ocupación, mientras líderes de la oposición y familiares de los rehenes advirtieron que la operación podría poner en riesgo sus vidas. A nivel internacional, organizaciones humanitarias y gobiernos aliados han manifestado su preocupación, instando a priorizar un alto al fuego y negociaciones para la liberación de rehenes antes de implementar medidas militares que puedan agravar el conflicto.
Pese a las advertencias, el gobierno israelí sostiene que esta estrategia es esencial para garantizar la seguridad nacional, neutralizar amenazas y sentar las bases para un futuro en el que Gaza no represente un riesgo militar para Israel.