Alemania anunció este viernes la suspensión inmediata de todas las exportaciones de material militar a Israel que pudiera ser utilizado en la Franja de Gaza, en un cambio de postura que marca un hito en la política exterior del país europeo. El canciller alemán, Friedrich Merz, explicó en una conferencia de prensa en Berlín que la medida responde a la creciente preocupación por el plan del gobierno israelí de intensificar su ofensiva en Gaza, una acción que, según organizaciones humanitarias y juristas internacionales, podría violar el derecho internacional humanitario.
Merz subrayó que la liberación de los rehenes israelíes y la consecución de un alto al fuego negociado son ahora las máximas prioridades para Alemania, advirtiendo que la situación humanitaria en Gaza ha alcanzado niveles críticos. “No podemos seguir facilitando equipos que puedan agravar el sufrimiento de la población civil”, afirmó el canciller, destacando que la decisión se tomó tras una revisión exhaustiva de las exportaciones de defensa y en consulta con aliados europeos.
La suspensión abarca armas, municiones y componentes tecnológicos susceptibles de ser empleados en operaciones militares dentro del enclave palestino. La medida se produce en un contexto de creciente presión internacional contra Israel, con países como Noruega, Bélgica y China expresando su oposición al plan militar israelí sobre Gaza.
Alemania, históricamente uno de los aliados más firmes de Israel en Europa, había defendido hasta ahora su derecho a la autodefensa, pero el deterioro de la situación en Gaza y el aumento de víctimas civiles han generado un cambio de narrativa en el gobierno alemán.
El anuncio ha provocado reacciones encontradas: mientras grupos pro derechos humanos celebran la decisión como un paso responsable para frenar la escalada, sectores pro israelíes dentro y fuera de Alemania critican lo que consideran una señal de debilitamiento del apoyo a un aliado estratégico.
De momento, Berlín insiste en que la medida es temporal y estará sujeta a revisiones en función de la evolución del conflicto y de la disposición de las partes a retomar las negociaciones de paz.