Un nuevo estudio de la Universidad de Toronto ha demostrado que el consumo excesivo de sal no solo eleva la presión arterial, sino que deteriora funciones cerebrales clave como la memoria, la atención y la capacidad de aprendizaje.
La investigación, publicada en la revista Nature Neuroscience, encontró que dietas ricas en sodio aumentan la rigidez de los vasos sanguíneos cerebrales, reduciendo el flujo de oxígeno al cerebro.
El estudio, realizado con más de 8,000 personas mayores de 50 años, reveló que quienes consumían más de 5 gramos diarios de sal tenían un 33 % más de riesgo de sufrir microinfartos cerebrales silenciosos. Estos pequeños daños, acumulativos, pueden acelerar la aparición de demencia y enfermedades neurodegenerativas.
“Es hora de entender que lo que comemos no solo afecta al corazón, sino también al pensamiento y la memoria,” afirmó la doctora Elena Silva, experta en salud cerebral.
La OMS recomienda no superar los 2 gramos diarios de sodio (aprox. una cucharadita de sal). Reducir alimentos ultraprocesados y revisar etiquetas puede ser un primer paso para proteger no solo el cuerpo, sino también la mente.