El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó la controvertida Ley de Impuestos y Gastos el Día de la Independencia. La ceremonia al aire libre en la Casa Blanca en el feriado nacional estuvo acompañada por un espectáculo aéreo para honrar a los pilotos del reciente ataque estadounidense "Midnight Hammer" contra las instalaciones nucleares iraníes.
En los cielos de Washington, entre otras cosas, se podía ver un bombardero furtivo del tipo B-2, el tipo de avión con el que los pilotos habían transportado las bombas antibúnker a Irán. Trump habló a los invitados en presencia de su esposa y primera dama, Melania, sobre los éxitos de su presidencia. Dijo: "El mundo nos respeta de nuevo". Después de su discurso, firmó el "Proyecto de Ley Big Beautiful" que Trump había estado impulsando durante meses.
El presidente se sentó en una mesa instalada frente a la Casa Blanca. La Cámara de Representantes aprobó la ley el jueves después de una larga lucha en el Congreso. El Día de la Independencia es una de las fiestas nacionales no religiosas más importantes de los Estados Unidos. Las celebraciones se llevan a cabo en todas partes, todo está decorado con los colores de la bandera de EE. UU. y hay fuegos artificiales.
El 4 de julio de 1776, las colonias británicas declararon su independencia de Gran Bretaña y allanaron el camino para la fundación de los Estados Unidos. En Washington, alrededor de la Casa Blanca, se habían tomado precauciones de seguridad: se podían ver muchas barreras y coches de policía en las calles laterales. En el corazón del proyecto de ley, conocido como el "Proyecto de Ley Un Gran y Hermoso", está la extensión permanente de las exenciones fiscales del primer mandato de Trump.
Además, se prevén nuevas rebajas fiscales. Por ejemplo, se suprimirá un impuesto sobre las propinas y las horas extraordinarias hasta una determinada cantidad. La ley prevé un mayor gasto en defensa y protección fronteriza de Estados Unidos, pero hay fuertes recortes pendientes en otras áreas, como los beneficios sociales. Se critican sobre todo los recortes previstos en el sistema sanitario estadounidense Medicaid. El programa estatal apoya a las personas de bajos ingresos y a las personas con discapacidades.