Después de todo, Donald Trump ahora se está poniendo serio: a partir del 1 de agosto, quiere imponer un arancel aduanero del 30 por ciento a los productos de los países de la Unión Europea, incluida Austria, cuando se importen a los EE. UU. Esto supondría un serio freno a las exportaciones. Tal y como anunció Trump en su plataforma "Truth Social", los nuevos aranceles a la importación de bienes a Estados Unidos se aplicarán a partir del 1 de agosto.
La UE esperaba un pacto comercial La UE esperaba un acuerdo comercial global con los Estados Unidos. Trump ya había anunciado nuevos aranceles para varios países, incluidos Japón, Corea del Sur, Canadá y Brasil. También quiere un arancel del 50 por ciento sobre el cobre. Esto podría significar un serio freno para la economía de exportación de los países de la UE.
Sin embargo, Trump había amenazado en repetidas ocasiones con imponer aranceles y luego los volvió a posponer o levantó medidas que ya habían sido impuestas. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, advirtió que los aranceles del 30 por ciento a las exportaciones de la UE perturbarían gravemente las cadenas de suministro transatlánticas. La UE siempre ha buscado una solución negociada con Estados Unidos, explicó Von der Leyen.
Están dispuestos a seguir trabajando en un acuerdo hasta el 1 de agosto. Si esto no tiene éxito, la UE tomará todas las medidas necesarias para proteger sus intereses, incluidas contramedidas, dijo el jefe de la Comisión. No obstante, el Gobierno italiano confía en que aún se pueda llegar a un acuerdo justo. Es crucial concentrarse en las negociaciones, dijo la oficina de la primera ministra, Giorgia Meloni. Roma apoya plenamente los esfuerzos de la Comisión Europea, que se intensificarán en los próximos días. ¿Reacción al nuevo impuesto de la UE?
El anuncio de Trump podría estar relacionado en parte con el nuevo impuesto planeado por la UE a las grandes corporaciones, incluidos los gigantes tecnológicos estadounidenses como Apple o Meta. El presidente estadounidense había criticado en repetidas ocasiones la regulación de las empresas tecnológicas estadounidenses por parte de la UE.
Para los automóviles de la UE, ya se aplica una tasa arancelaria aumentada del 25 por ciento en los EE. UU. Los importadores tienen que pagar recargos del 50 por ciento por los productos de acero y aluminio, incluido el acero utilizado en refrigeradores o lavadoras. Bruselas ha preparado contraaranceles a productos estadounidenses por valor de unos 21.000 millones de euros, pero están suspendidos mientras duren las negociaciones. Una lista inicial incluye productos estadounidenses como jeans y motocicletas.