Un nuevo estudio publicado en Nature Food revela que no basta con consumir grandes cantidades de flavonoides —compuestos naturales presentes en frutas, verduras, té y chocolate oscuro—, sino que la variedad de tipos de flavonoides que se ingieren a diario puede marcar una diferencia aún mayor en la salud. El estudio analizó a más de 124 000 adultos británicos durante casi una década y encontró que quienes incluían una mayor diversidad de estos compuestos en su dieta tenían una reducción del 14 % en el riesgo de mortalidad total, un 10 % menos de riesgo de enfermedades cardiovasculares, y hasta un 20 % menos de probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2, comparado con aquellos cuya dieta era menos variada en flavonoides.
También se observaron reducciones significativas en enfermedades respiratorias y ciertos tipos de cáncer. Los flavonoides se encuentran en alimentos como el té negro y verde, las bayas, las manzanas, los cítricos, el vino tinto y el chocolate amargo. Aunque el té representa más del 60 % del consumo total, el estudio subraya que es la mezcla diaria de diferentes alimentos ricos en flavonoides lo que aporta una mayor protección.
La investigación también mostró beneficios incluso en personas con condiciones de riesgo como sobrepeso, hipertensión o colesterol elevado, lo que refuerza la idea de que adoptar una dieta rica y variada en compuestos vegetales es una estrategia poderosa para mejorar la salud a largo plazo. Aunque se trata de un estudio observacional y no establece causalidad directa, los científicos sugieren que incluir al menos cinco fuentes distintas de flavonoides al día puede ser clave.
Este enfoque, que algunos ya llaman la “dieta del arcoíris de flavonoides”, promueve la inclusión consciente de alimentos coloridos y variados en cada comida. Lejos de ser una moda, esta estrategia tiene una sólida base científica y representa una forma sencilla y natural de cuidar nuestro bienestar con lo que ponemos en el plato.